Uno de los artistas de menor renombre que pisará el escenario de la Quinta Vergara es sin dudas el humorista nacional, Rodrigo González, quien exhibirá mañana en el principal certamen de la música de Latinoamérica su show, el que ha venido desarrollando principalmente en teatros y bares.
El artista nacional sabe que su nombre no es prenda de éxito seguro, y es más, sabe que puede ser devorado por el «Monstruo» del Festival. Por ello, aceptó la definición hecha por un periodista durante la rueda de prensa y dijo que «era carne fresca» para el público.
«Soy carne fresca, pero espero que no me coman. Si me comen, causaré indigestión por mi cara, pero es un riesgo que corremos todos. Hablaba con Edo Caroe y Pedro Ruminot, que somos debutantes en la Quinta Vergara. Nuestro humor es de una digestión más compleja. Por eso creo que CHV hizo una muy buena lectura de lo que está pasando en Chile. Si me va mal debo trabajar igual el día siguiente y si me va bien debo trabajar igual», sostuvo.
¿Y cómo pretende ganarse al público? A juicio de González, esta respuesta es una sola y muy clara: con su trabajo. «Me ganaré a la gente con mi trabajo. Esto para mí es el trabajo más importante de mi vida. Mi familia depende de este trabajo. Lo he preparado con un año de anticipación, a consciencia, con un tremendo equipo que compone también León Murillo. El desafío es muy bonito porque lo soñé desde siempre, de cabro chico. Con mi trabajo súper honesto y humilde».
Acerca de sus presentaciones en bares y lugares más «íntimos», el humorista nacional dijo que «el humor es relativo, siento que es tan subjetivo que no se condiciona por actuar en bares o no. Mi rutina está armada para un día específico, para un público específico, conozco las diferencias entre un bar y un lugar tan grande como la Quinta Vergara».